martes, 11 de octubre de 2011

DESDE KATMANDÚ

En primer lugar gracias a todos los que habéis seguido nuestra ascensión al Shisha Pangma.

Ahora que hemos “aterrizado” en Katmandú os pasamos unos comentarios de cómo fue el ataque a cima:

                La montaña esta temporada (postmozón) estaba muy cargada de nieve y con riesgo de avalanchas. En dos subidas de 5 y 4 días, equipamos el Campo I (6.380 m.) y el II (6.900 m.). El trayecto entre el campo campo II y III discurre sobre un cuenca glaciar de más de 3 kilómetros, entre laderas, sobre los 7000 metros, a la que sigue una empinada pendiente de nieve-hielo de 500 metros. Como las dos veces que accedimos al campo II, nos tiramos dos horas paleando para desenterrar la tienda, presumimos acertadamente que, era imposible dejar instalado el campo III, antes del ataque a cumbre y encontrarlo indemne.

Para colmo la última semana de septiembre cayó una tormenta de nieve de varios días, que puso la montaña en condiciones imposibles y extremadamente peligrosas. Esta nevadita, entre otras cosas, destrozó la carretera entre Zagmhu y Nyalam, dos localidades Chinas de obligado paso hacia los ocho miles del Tíbet.

                Entraba octubre y la cima del Shisha Pangma permanecía sin pisar por nadie. Una sola expedición con sherpas intentó un ataque y tardo tres días en llegar al campo I, asumiendo un enorme riesgo de avalanchas. Esperamos 8 días a que la montaña se limpiara. Luis Bañón (amigo meteorólogo de Murcia) nos comunicó una posibilidad de ataque a cima entre el día 1 y 5, el inconveniente era que pronosticaba un día con 65 km/hora de viento y otros dos entre 20 y 40 km/hora. Esto en altura da sensaciones térmicas horrorosas que impiden el ascenso, o lo que es peor, que te dejan con congelaciones graves, incluso puedes llegar al desfallecimiento.

                Elegimos un ataque rápido, subiendo directamente en un día, sin cargar peso, al campo II, situado a 6.900 m. (1400 metros de desnivel acumulado). Esto fue el día 2 de octubre, el problema es que entre campo I y II, sufrimos, una ventisca sin visibilidad, y el horrible viento pronosticado de 65 km/hora. Tuvimos que ponernos las máscaras de neopreno porque se nos congelaba la cara, y no pudimos usar ni bastones, ni piolets porque las manos se congelaban. Nos las pusimos detrás de la espalda y bajo la mochila para no perder los dedos.

                El 3 de octubre abandonábamos el campo II con 22 kilos de peso cada uno. Siempre fuimos sin ayuda de sherpas y valiéndonos por nosotros mismos. En seguida, el tiempo empeoró y comenzó a nevar con visibilidad inferior a 40 metros, pero por lo menos el viento era soportable. Cuando habíamos recorrido más de tres kilómetros del glaciar, sobre los 7000 metros, decidimos montar la tienda, justo al final de la cuenca, bajo la empinada pendiente de 500 metros de altura que lleva al CIII. Estábamos solos en ese lugar, con la esperanza de poder subir del tirón al día siguiente hasta la cumbre. Instalamos la tienda allí, porque la posibilidad de seguir avanzando con tanto peso hasta el campo III, la veíamos excesiva. En esta montaña, dadas las enormes distancias y la imposibilidad de dejar pre-montado el campo III, cargar con todo el peso, el día previo al ataque a cima, te deja con escasísimas posibilidades de éxito. La distancia entre el campo III y la cima es razonable, de donde nosotros partíamos era un reto difícil.

                A las 3:15 PM abandonamos la tienda, escalamos la pendiente de nieve con mucho frio, al límite de lo que soportan las manos y llegamos hacia las 6:15 h. al campo III (7420 m.). Había unas pocas tiendas y veíamos en la oscuridad gente saliendo de las tiendas con las mascaras de oxígeno, y arriba en la oscuridad una pequeña hilera de frontales que marcaban las posiciones de los que había salido más temprano del campo III. Al poco del amanecer alcanzamos al grupo de cabeza, en lo que ya fue una hilera continuada que se ralentizada por la nieve blanda y la instalación de cuerdas. Creo que a la 13:00 h. estábamos a la cima. De las 20 personas que subimos aproximadamente ese día, sólo 9 lo hicimos sin oxigeno. Nosotros y un australiano, fuimos los únicos que hicimos cima sin usar sherpas.

Shisha Pangma  "El Trono de los Dioses"

Penitentes camimo del campo I
Ascendiendo al CI entre penitentes
Pendientes hacia el campo I


Mateo en el campo I




Subiendo al campo II

Llegando al campo II

Campo II sepultado por las contínuas nevadas

Ascendiendo al campo III

Hacia el CIII soportando la ventisca 

Campo III, solos en medio de la nada 

Campo III

Ataque a cumbre por encima del CIII

Sobre los 8000 metros

Últimas defensas del Shisha

¡Cumbre!

4 comentarios:

  1. Impresionante relato y contado así parece fácil...
    De nuevo enhorabuena y un fuerte abrazo para los dos,y como cada uno tiene sus debilidades, muy especial para Mateo.

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  2. Magnifico relato de la subida y de las decisiones oportunas, estupendas fotos en primera línea.
    Reiteramos nuestra más sincera enhorabuena.
    Mari Carmen, Rody.

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  3. No sabíamos bien si los "penitentes" eran los pináculos de hielo o vosotros desfilando entre ellos. Ahora está claro. Nuestra felicitación más sincera. Impresinantes fotos y relato. Carmen y Chipo

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